Métodos de eliminación de tatuajes
Las exfoliaciones químicas pueden realizarse con distintas soluciones ácidas y tienen mucho éxito en el tratamiento de las líneas finas, las arrugas y la piel apagada. Sin embargo, utilizar estos peelings para eliminar tatuajes es menos eficaz porque las soluciones no pueden llegar a las capas más profundas de la piel, donde reside la tinta.
Si la sustancia química pudiera llegar a estas capas más profundas de la dermis, los resultados conllevarían un daño importante para el tejido. Sin embargo, esto no impide que mucha gente los pruebe, y muchos centros estéticos ofrecen este método como opción de tratamiento para sus pacientes. Los peelings químicos utilizados para tratar los tatuajes suelen estar compuestos por mezclas de ácido glicólico que contienen AHA, como ácido málico y glicólico, fenol o TCA.
La mezcla glicólica es la más utilizada para eliminar los tatuajes de cejas. Cuando se aplica en la zona de las cejas, hace que la piel se inflame y expulse algunas de las partículas de tinta. Como no salen todos los pigmentos a la vez (y algunos ni siquiera salen), hay que repetir este procedimiento hasta que desaparezca una cantidad suficiente de tinta. Esta solución puede causar irritación, dolor e incluso cicatrices, y no hay garantía de que se elimine toda la tinta.
El ácido tricloroacético, o TCA, es otra sustancia utilizada para eliminar tatuajes del mismo modo que la mezcla glicólica descrita anteriormente. Se trata de un tipo de ácido ligeramente menos cáustico, pero sigue acarreando posibles efectos secundarios. El fenol, en cambio, es un producto mucho más fuerte y puede ser más eficaz para aclarar los tatuajes. Sin embargo, tiene un coste. Hay más riesgo de cicatrización y pérdida de pigmentación con el ácido fenólico, y los cuidados posteriores de la zona tratada con fenol son más complejos y prolongados.
Con todos los métodos de tratamiento ácido, la zona debe mantenerse limpia y seca hasta que la costra caiga por sí sola. Esto puede llevar semanas y ser engorroso e incómodo para el cliente.